Este incansable intelectual puertorriqueño (n. en Jayuya, diciembre 9, 1940 – m. en Las Vegas, Nevada, EE.UU, febrero 12, 2011) se destacó como escritor, historiador, periodista, artesano y promotor cultural. Se le reconoce como uno de los más notables estudiosos de la herencia taína en Puerto Rico, aunque sus aportaciones nuestra cultura abarcaron otras materias.
Luego de cursar estudios en la Universidad de Puerto Rico, desarrolló una intensa actividad pedagógica, cívica y cultural en su pueblo, fundando y, en algunos casos, colaborando en las creaciones de instituciones como el Ateneo de Jayuya, el Centro Cultural Jayuyano, el Club Rotario de Jayuya, el Grupo Artesanal Yamoca y varias publicaciones regionales. Se le acredita haber sido gestor del tradicional Festival Indígena de Jayuya.
Obras publicadas: La tumba del indio de Borinquen (1974); Salcedo (1979); El último Cemí (1980); Influencia indígena en la cultura y la lengua puertorriqueña y La muerte de Joconuco (1981); El tiple puertorriqueño (1992); De la raíz a la conciencia e Imágenes del indio puertorriqueño (1998); Huellas de un mundo perdido (2005), etc. También, los poemarios Guazábara en el silencio (1980); Ilusiones (1989) y Poesía sin rostro (1992); la colección de Cuentos (1989) y la novela La soledad tendrá un amigo (1992).