Museo Agrícola El Bosque
San Sebastián, PR
 
 

 

Café… !manjar de los dioses!, ¡elixir puertorriqueño!. Sí, nuestro café, desde Borinquen hasta el vaticano, su calidad lo ha distinguido  y convertido en el preferido. Un aroma que nos invita a seguir su ruta, así pues comenzamos con un poco de historia…

 

Durante el Siglo 19, el café boricua fue reconocido como
el Café del Vaticano y el Favorito de la Realeza Europea.
 
    

Tanto el café como la planta que lo produce, el cafeto, son originarios de África. Se sabe que en origen, sus cultivadores elaboraron una bebida alcohólica dejando fermentar el fruto maduro del arbusto del cafeto. Pero se atribuye a los Árabes ser los primeros en extraer los granos del café, tostarlos, molerlos y mezclarlos con agua caliente, así nace el ¡café cola’o! En Europa se introduce en el siglo XVI por mercaderes venecianos.  

Los primeros arbolitos de café llegan a Puerto Rico en el 1736 desde Etiopía. Los emigrantes de Europa llegaron con el objetivo de cultivar el grano. Consideraban que las condiciones climáticas y geográficas de la isla eran adecuadas para la producción de café. Probaron en la altura y cultivaron el café entre Maricao y Ciales. Se prolifero la construcción de haciendas, tiendas, cuartos de máquinas y las casas de los agregados.  La siembra, cultivo y procesamiento del café originó un movimiento de la población hacia la zona montañosa del país que se concentraba en las zonas costeras y  Cordillera Central.

El cultivo el café se convirtió en la empresa más importante a mediados del siglo XIX y en el producto de mayor exportación de la época siendo la Isla el cuarto mayor exportador de café en America.

La primera mitad del siglo XX representó una época difícil para nuestra industria del café, debido a nuevas tendencias del desarrollo económico y a fenómenos atmosféricos que se sucedieron. Básicamente, la industria cafetalera fue sustituida por la azucarera que comenzó a desarrollarse de forma prioritaria en la primera mitad del siglo XX  Con el apoyo de corporaciones estadounidenses.

Ya para la segunda mitad del siglo XX, la economía de Puerto Rico pasaba por un proceso de transformación de agraria a manufacturera. La iniciativa de desarrollo económico “manos a la obra” en la década de 1950 fomentó el establecimiento en la isla de compañías farmacéuticas, textiles, electrónica y turismo, entre otros. El énfasis en el desarrollo industrial colocó en un segundo plano el sector agrícola, particularmente, la industria del café.

 

           Despulpadora

Culminando la década de los 80 hay un nuevo resurgir de nuestra industria. Se comienza a retomar el mercado de exportación de café de Puerto Rico. En ese momento histórico nuestro café, excediendo los requisitos japoneses (los cuales son extremadamente estrictos y considerados más exigentes que los estándares internacionales), revive un pasado de prestigio y excelente reputación en Europa. El café puertorriqueño ha sido catalogado como uno de los mejores cafés del mundo,  considerado como el café del Vaticano y el de los reyes europeos en el siglo XIX.

 

LA RUTA DEL CAFE

En el siglo XXI luego de 275 años de su introducción y a pesar de los cambios económicos, sociales y políticos, la industria cafetalera continúa siendo uno de los sectores agrícolas más importantes para la economía de la Isla. Ocupa el segundo lugar entre las cosechas tradicionales y el cuarto entre las empresas agropecuarias del país.

La ruta del café en nuestra tierra puertorriqueña se inicia en las zonas rurales de los pueblos cafetaleros de nuestras montañas, en el paisaje natural y ordenado de la cordillera, que en su geografía destacan las grandes haciendas cafetaleras de Ciales, Lares, Yauco, Jayuya, Utuado, Adjuntas y Maricao.  Siguiendo el colorido paisaje de las plantaciones cafetaleras, llegamos a San Sebastián, un pueblo con gran tradición en lo que respecta a la ¡magia del café! y su marca ícono Café El Coquí. Allí encontramos el  Museo Agrícola El Bosque, o mejor conocido como El Museo del Café lugar que atesora su historia y tradición. Amablemente su fundador el Sr. Edgardo Nieves Vélez nos dio un recorrido por las facilidades de este pequeño lugar que ha habilitado en los terrenos de su residencia y que alberga maquinarias agrícolas del siglo 18, 19 y principios del 20. Pilones, venteadoras, despulpadoras, entre otros trozos de historia:

 

           Edgardo Nieves y su esposa Crucita Quiles
 
 

"El fruto del cafeto es conocido también como “drupa”, dentro del fruto existen dos cavidades, que contienen cada una un grano de forma oval y aplastado por una de sus caras. Estos granos están recubiertos por dos capas muy finas, que se retiran antes del tostado. Después de la recolección el café crudo se tuesta para que exhale su aroma e intensifique su color, y el tueste del grano facilita la molienda posterior. Dependiendo del tiempo que dure este proceso, el café puede ser pálido, con un gusto delicado y ligero, y oscuro con un color más acentuado y oscuro, obteniendo una bebida amarga y astringente. Interesantes explicaciones sobre el cuidadoso cultivo, recogido, procesamiento y selección del grano.  Como se recoge, despulpa, se seca al sol, se pila, se saca la cáscara, se ventea, se tuesta, se muele . Se hierve con agua y se cuela. Se toma negro o con leche. AL finalizar la cosecha, se acostumbraba celebrar con bailables al ritmo del tiple, y música típica, y la tradicional Fiesta del Acabe”.

Su vasto conocimiento de nuestra herencia cafetalera hacen de la visita una experiencia enriquecedora. Le invitamos a touristear… conocer nuestra historia y las bellezas del interior de nuestra isla. Visite en San Sebastián El Museo del Café (Tel. 787-896-2234) dónde además, podrá adquirir el libro Remanentes de  Haciendas Cafetaleras en Puerto Rico que recoge de forma clara y sencilla la historia de la industria del café puertorriqueño y una colección de fotos única de este legado. 1-fin

 

 

 

 
RELO/KTA
DICIEMBRE 2011 

 

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El vasto conocimiento de su fundador, don Edgardo Nieves,
sobre nuestra herencia cafetalera hacen de la visita
a este Museo del Café una experiencia enriquecedora.
En San Sebastián del Pepino existe un tesoro:
el Museo del Café
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