Noro Morales (1911-1964) en su centenario:
Forjador de la escuela pianística
 boricua en la música popular caribeña

Por: Miguel López Ortiz


noromoralesCuando se aborda el tema de la escuela pianística puertorriqueña en el campo de la música popular, tres son los nombres obligados: José Esteves Vargas «Joe Loco» (1921-1988); Luisito Benjamín (1922-1988) y, sobre todo, quien encabeza esta irrepetible trilogía: Norosvaldo «Noro» Morales Sanabia (n. en Puerta de Tierra, San Juan, enero 4, 1911 m. en Santurce, enero 14, 1964), cuyo centenario conmemoramos durante estas fechas. A ellos se acredita haber establecido, durante la primera mitad del pasado siglo, las bases que, como ejecutantes, seguirían pianistas sucesores a la hora de manifestarse en el mambo, la rumba, el son y demás ritmos caribeños.

Cada uno de estos virtuosos fue considerado por la crítica internacional como “de los mejores del mundo” en su género, representando para nosotros lo que para el son cubano significan sus contemporáneos Jesús López (1904-1971); Pedro «Peruchín» Jústiz (1913-1977); Ezequiel «Lino» Frías (1915-1983); René Hernández Bermúdez (1917-1977); Luis «Lilí» Martínez Griñán (1917-1990) y Rubén González (1919-2003). Referencias irremplazables.

Durante la segunda mitad del Siglo  20, fueron muchos los boricuas que lograron cimentar prestigio como maestros del piano rumbero. Los hermanos Charlie y Eddie Palmieri (1936-  ); Héctor Pellot (1928-2005); Nicolás «Nick» Jiménez Olmeda (1929-  ), Héctor Rivera (1933-2006) y Papo Lucca (1946 –  ), entre ellos. Todos señalarían a Noro como su inspirador.

Este gran músico era el sexto de los nueve hijos procreados por el matrimonio que formaron los aguadillanos Luis Morales Barada y Mercedes Sanabia, ambos miembros de dinastías de notabilísimos instrumentistas. De hecho, por la línea materna, los Morales Sanabia – de ellos, una de las hembras fue la única que no se dedicó al arte del pentagrama eran primos no de los no menos famosísimos hermanos Figueroa Sanabia, consagrados a la música clásica. Su padre, maestro de música que se concentraba en la ejecución del violín, inició a su prole en el estudio de diversos instrumentos y a Alicia, una de las mayores y quien llegaría a ser maestra de, por lo menos, dos generaciones de pianistas en nuestro país, le encomendó la tarea de ayudarlo a adiestrar  a los menores. Fue ella la principal maestra de Noro en el pianocuando éste ya había aprendido lo básico, tanto en este instrumento, como en el contrabajo y el trombón, que ejecutaría ocasionalmente durante los albores de su trayectoria.

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En 1924, gracias a algún contacto cuyos pormenores nunca han podido esclarecerse con exactitud, pues se han difundido varias versiones al respecto, don Luis obtuvo la encomienda del entonces presidente de Venezuela, Juan Vicente Gómez Chacón, para formar una orquesta que actuaría en varios actos oficiales. Como era de esperarse, la que con tal motivo organizó fue integrada, principalmente, por sus hijos Alicia (pianista); Luis Jr. (violinista y, en ciertas piezas, percusionista); José «Pepito Mandinga» (clarinetista); Ismael «Esy» (clarinetista y flautista) – éste, el menor (1916-1950), llegaría a ser reconocido como el mejor flautista puertorriqueño de todos los tiempos –, Humberto (baterista) y Noro, alternándose en el contrabajo y el trombón, aunque ocasionalmente sustituía a su hermana en la banqueta del piano.

No resultó sorpresa que la Orquesta Hermanos Morales, como fue bautizada, causara sensación desde su aparición, no sólo por la excelencia de sus músicos y la calidad del repertorio que preparó para cumplir sus compromisos, sino porque sus principales instrumentistas eran niños. Por ejemplo, Noro contaba trece años, Humberto, diez e Ismael, apenas ocho. Y eso constituía una verdadera novedad ante el público venezolano. Su impacto fue tan fenomenal, que lo que en principio sería una breve temporada en Caracas, se prolongó ¡seis años! Al ser contratada como una de las oficiales de la Presidencia. En el interín, el maestro Morales Barada, progenitor de los hermanos, falleció en 1925, asumiendo la batuta entonces la figura que ahora nos ocupa. Ya adolescentes, «Pepito Mandinga» e «Esy» se convirtieron en saxofonistas, lo que no habían podido hacer antes debido a que, por sus edades, sus manos todavía no alcanzaban el tamaño preciso para alcanzar las llaves del saxofón.

Se asegura que la Orquesta Hermanos Morales estuvo a sueldo, como exclusiva del gobierno de Venezuela hasta el fin del segundo mandato del dictador Gómez Chacón el 30 de mayo de 1929 (retornaría al poder en 1931), por lo que su actividad se circunscribía a los festejos oficiales, aunque durante los años 1926-1928, también mantuvo una audición diaria, de media hora, en la primera radioemisora que hubo en el país, la AYRE, establecida como fotuto de la dictadura y que sólo se escuchaba en Caracas. No amenizaba bailes particulares ni ningún otro tipo de evento privado, por lo que sus miembros disponían de tiempo para seguir puliéndose musicalmente y de regresar con alguna frecuencia a Puerto Rico para compartir con los familiares que habían dejado acá.

Pero resulta que el fin de aquella etapa coincidió con la inauguración de la radiofonía comercial venezolana y la Orquesta Hermanos Morales fue rápidamente reclamada para mantener un espacio fijo en la pionera YNIBC, lo que le permitió permanecer en este país sudamericano hasta mediados de 1930, período durante el cual sí amenizó bailes y toda clase festejos sociales privados.

Regresaron  entonces a su patria y, aunque mantendrían la orquesta activa  hasta 1934, paralelamente cada uno de los hermanos, excepto Alicia – quien optó por dedicarse a la enseñanza –, se alternó trabajando con otras, como la Mickey Mouse de Rubén Berríos Tavárez, Ralph Sánchez & His Symphonians, Augusto  Rodríguez & His Midnight Serenaders, la Euterpe de Carmelo Díaz Soler y, en el caso específico de Noro, la oficial del Escambrón Beach Club, entonces dirigida por el saxofonista ponceño Miguel Ángel Rivera, alias «Don Rivero». Aquella organización luego se convertiría en la de Rafael Muñoz y en la misma era trombonista. Existe la versión de que, en algunos momentos, también ejecutó el saxofón barítono, anticipándosele a Francisco «Paquito» López Vidal, primero que lo hizo, de manera permanente, en una orquesta puertorriqueña: la de César Concepción (1947-1952).

Fue uno en los primeros artistas puertorriqueños
que logró realizar el “crossover” en Estados Unidos.

En 1935, los hermanos marcharon a Nueva York con la idea de reactivar su orquesta en aquella plaza, que ya era una meca para los artistas hispanos. Demorarían tres años en lograr tal objetivo. Mientras tanto, trabajaron con varias formaciones y, ya enfocado por completo en el piano, Noro fue habitual en la banda del saxofonista, clarinetista y flautista cubano Alberto Socarrás.

La banda que llevaría su nombre durante el siguiente cuarto de siglo y que sería considerada por la crítica como una de las mejores en la historia de la música popular latinoamericana quedó oficialmente constituida a principios de mayo de 1938, a raíz de que a Noro le surgiera un contrato con la compañía Columbia Records. En las primeras tres placas, grabadas el día 19, se identificó como Orquesta Hermanos Morales. Las piezas registradas en aquella sesión fueron los boleros Malditos celos (de Rafael Hernández); Quisiera ser (de Wello Rivas) y los tangos adaptados a este género Besos brujos (de Rodolfo Sciamarella); Nieblas del riachuelo (de Cobián & Cadícamo) y Tiempos viejos (de Canaro & Romero), más el son-pregón Guagui, de Bienvenido Julián Gutiérrez. Los cantantes reclutados para la ocasión fueron Pedro Ortiz Dávila «Davilita» y Rafael «Chino» Rodríguez, hasta entonces primera y segunda vez, respectivamente, del Cuarteto Victoria de Rafael Hernández.

noromorales2Casi un mes más tarde, junio 15, la orquesta comenzó a identificarse con el definitivo nombre de Noro y realizó su segunda sesión discográfica, con los mismos vocalistas. Las ocho  composiciones registradas para las correspondientes cuatro placas fueron los boleros Ahora seremos felicesque le significó el primer exitazo – (de Rafael Hernández); Caricias (de Martí & Gigeschi); Dos almas (de Alberto Domínguez); Porteñita mía (de Pedro Vargas); Tibieza (de Arturo R. Ojea) y Tu cariño (de Malerba & Castillo); la rumba Pero el petróleo, no (de Rafael Hernández) y La Reina del Son (de Virgilio González).

 En las grabaciones realizadas durante los meses de agosto y octubre, además de los antes mencionados cantantes, también participó el mayagüezano Carlos «Chovevo» Martínez. En las de 1939 participaron Johnny López – compueblano del anterior y los cubanos Machito y Chiquito Socarrás, quienes volvieron a colaborar en sesiones efectuadas en 1940 y 1941. Ya para estas fechas la orquesta se había incorporado a la compañía Decca y alternaba con la de Bobby Byrne en el Glen Island Casino. Igualmente era requerida para acompañar en grabaciones a estrellas de esta etiqueta: los mexicanos Ramón Armengod (1940-1942) y Elvira Ríos (1941); el recién lanzado boricua Bobby Capó (1941); el cubano Miguelito Valdés «Mister Babalú» (1945 y 1947), etc. En etapas posteriores también lo haría con otros afiliados a RCA Victor. Entre ellos, Chucho Martínez Gil y Mario Gil (1945) y Los Hermanos Rigual (1949), así como otro mexicano, Tony Gari, bajo la etiqueta Secco (1948).

En septiembre de 1942, Noro Morales fue contratado como principal atracción hispana del evento anual Harvest Moon Ball, instituido por el Daily News, el cual consistía en un maratón al que concurrían los mejores bailarines de la Nación, pues incluía competencia. Se cuenta que el célebre periodista Walter Winchell (1897-1972), el más genuino pionero de la chismografía farandulera, se interesó en entrevistarlo y, al abordarlo, Noro – quien a pesar de los siete años que llevaba en la Gran Urbe todavía no hablaba bien el inglés atinó a advertirle, evidenciando su dificultad, “Scoose me, me English is not so nice looking”, queriendo decirle “perdóneme, mi inglés no es muy agradable”. Se cuenta que a Winchell le pareció tan cómica su expresión, que publicó la anécdota en su columna del día siguiente en el Daily Mirror y en el programa que mantenía a través de NBC Radio. Continuó haciendo alusión a la misma en otras audiciones y escritos. Ello provocó que el público anglosajón se interesara por su figura y su música. Agradecido por abrirle camino hacia el crossover, le dedicó Walter Winchell Rhumba, que permanecería como uno de sus éxitos más representativos.

Es importante resaltar el dato de que su fenomenal actuación en el Harvest Moon Ball fue filmada y segmento de la misma se incluyeron en las películas Cuban Pete, Ella y Mexican Jumping Bean. Un año antes había aportando una intervención musical a The Gay Ranchero (1941). Las cuatro producidas por Universal Pictures.

 A lo largo de las décadas de los ‘40 y los ‘50, Noro Morales y su Orquesta agotó temporadas en los centros de diversión nocturna más exclusivos de Nueva York, contando con vocalistas de gran calibre. Fue atracción habitual de los legendarios Stork Club y Palladium Ballroom en Broadway, grabó cortometrajes para Hollywood y acumuló una vasta discografía recogida en prestigiosas etiquetas. Entre enero de 1945 y septiembre de 1946 trabajó en el concurrido La Conga Club, situado en la Calle 52 en Broadway, teniendo como cantantes a Tito Rodríguez y Juan Ramón «El Boy» Torres. Permaneció en aquel salón cuando dio paso al China Doll y en 1947 se le unió el talentoso guarachero Pellín Rodríguez. De este año datan sus éxitos Escucha mi son, Montuno in G, Opus Easy, Tambó, Tea For Two, Temptation y Ten jabón, editados por el sello Majestic Records.

Ya consagrado como «El Rey de la Música Latina en Nueva York», corona que le confirió el diario La Prensa y le avaló la revista Variety, por fin debutó en su patria, amenizando el baile inaugural del New Yorker Club, en Miramar, junto a la recién organizada orquesta de César Comcepción, el 14 de junio de 1947. Su próxima visita sería para actuar en la gala que procedió a la toma de posisión del gobernador electo Luis Muñoz Marín el 2 de enero de 1949.

Poco tiempo tiempo antes, había estado en La Habana, donde tuvo oportunidad de conocer a la excelsa pianista María Cervantes (1885-1981). Ella le mostró un álbum de partituras con sus composiciones de danzas identificadas únicamente con números. A él le fascinó una particular, de las cual recibió copia. De vuelta a Nueva York, la adaptó a un ritmo más bailable para grabarla con una sección rítmica. Tituló la obra Variaciones sobre un tema de María Cervantes. Pero, al disponerse a llevarla al acetato par de años después, el productor Ralph Pérez, de Ansonia Records, le sugirió que simplificara el título con el de María Cervantes porque de la manera que pretendía identificarla daba la impresión de que se trataba de una composición del género clásico. La obra se convirtió en un estándar que luego grabarían innumerables pianistas.

 Durante este año, para MSM Records, grabó otras piezas que quedarían como estándares de su repertorio: Capullito de alelí, Chen-Chen-Ko, El sopón, Isla Verde, Ponce, Puerta de Tierra, The Peanut Vendor y 110th Street and Fifth Avenue. Bajo la etiqueta Mercury Records perpetuó, entre otros, Asia Minor y Tanga.

Para entonces, su plantilla era completada por Paul López, Vicente Castañeda y Johnny Costello (trompetistas); Adrian Tei y Drew Walter (saxofonistas alto); Joseph «Joe» Grimm (saxofonista tenor); Irving Buttler (saxofonista barítono); Lidio Fuentes (contrabajista); Chuck Duchesne (conguero) y Ramón Rivera (bongosero). Ismael «Esy» había abandonado sus filas para irse a trabajar con Xavier Cugat en Hollywood en 1944 y formar su propia banda en 1947. Más adelante, Humberto cedió su posición a Tito Puente – quien a menudo lo reemplazaba para convertirse en líder. Al final del decenio, el baterista y timbalero sería Monchito Muñoz.

Honró los calificativos de «El Duke Ellingon Latino»
y «Rey de la Música Latina en Nueva York».

Durante el lustro 1950-1955 realizó varios recorridos por Latinoamérica y una gira por las principales capitales de Europa. También se presentó en Manila, Filipinas. Se promocionaba bajo el calificativo de «El Duke Ellington Latino» que le estampó el Daily Mirror. De aquel decenio datan mucha de sus grabaciones, las cuales fueron editadas por la multinacional RCA Victor y la poderosa independiente Tico Records. En varias de ellas tuvo como primera trompeta al aclamado norteamericano Carl «Doc» Severinsen.

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A partir de 1960 radicó permanentemente en su patria, dirigiendo la orquesta de planta del entonces recién inagurado Hotel La Concha, en el sector santurcino de Condado. Aunque trajo a su orquesta original, poco a poco sus integrantes fueron sustituidos por locales. Su última esposa, Vilma Curbelo, figuraba como cantante, compartiendo las vocalizaciones con Pellín Rodríguez, quien esta vez se reincorporó también como conguero, permaneciendo en la misma hasta que fue llamado para la creación de El Gran Combo en mayo de 1962.

Muy desafortunadamente, ya para aquella fechas la diabetes y el alcoholismo se asegura que ingería una botella de ron diariamente hacían estragos en su salud. Una caída sufrida cierta noche al intentar bajar e la tarima puso en evidencia que estaba casi ciego. Aun así, seguía ejecutando el piano con agresividad, maestría e ingenio admirables. A partir de aquel momento, otros pianistas lo sustituirían cuando le correspondía leer las partituras de las estrellas internacionales que a su orquesta le correspondía acompañar.

A este músico excepcional se le recordaría como un hombre bastante obeso, de aspecto bonachón y bromista, aunque extremadamente exigente con sus músicos. Medía 5’8” de estatura y su peso normal era de 280 libras. Sin embargo, al final de su vida llegó a pesar 320. Sus allegados lo identifican como muy inocentón en el plano romántico, característica que le salió muy cara. Tres ex-esposas lograron, a través de los abogados que tramitaron sus divorcios, que él continuara manteniéndolas indefinidamente. Al parecer, nunca tuvo casa propia. Vivía en apartamentos alquilados. Durante las etapas que no tenía compañera, su hogar habitual era el Hotel Victoria, en Manhattan.

 Falleció en el Hospital San Jorge, en Santurce, el 14 de enero de 1964.

Discografía básica:

Favorite Rhumba Rhythms (Decca, DL-5128), 1949. 
Rumbas (Seeco, SLP-1), 1949. Primer álbum de diez pulgadas editado por
   esta etiqueta.
Rumbas & Sambas (Seeco, SLP-3), 1951.
Bailemos con Noro Morales (Seeco / Tropical, TRLP-5027), 1951.
Mambo By Morales (Columbia, CL-6311), 1951.
Noro Morales & His Piano (Columbia, CL-6319), 1951.
Mambo With Noro (Decca, DL-5937), 1952.
Noro Morales & His Orchestra Play (Varsaty, VLP-69117), 1953.
At the Harvest Moon Ball (Roulette, R-25045), 1954.
Mambo a la Morales (Harmony, HL-7039), 1954.
Adios muchachos (Riverside, RLP-7501), 1954.
Holiday in Havana (Design, DLP-86), 1955.
Noro Morales & His Orchestra Plays Cha-Cha-Cha’s (Design, DCF-1008),
  1955.
Recordando los éxitos de Noro Morales (RCA Victor, LPR-1004), 1956.
Let’s Go Latin American (RCA Victor / VIK, LX-1072), 1956.
Lecuona’s Afrocuban Style (RCA Victor, VIK-1100), 1957.
Merengues a la Noro (RCA Victor, LPM-1163), 1958.
No Blues Noro (Tico, LP-1064), 1958.
Cómo está (Tico,LP-1068), 1960.
Noro Morales, His Piano and Rhythm (Ansonia, ALP-1272), 1960.
Ritmos del Caribe al estilo de Noro Morales (Mar-Vela, MVLP-80), 1961.
Noro Morales en su ambiente / Noro in Mood (Mar-Vela, MVLP-98), 1962.
   Reeditado en formato compacto por Disco Hit (DHCD-1425), octubre 24,
   1999.
Noro Morales en La Concha (Fragoso, FLP-538), 1963.
Noro Morales & His Orchesta Plays Latin Favorites (Royale, VLP-6075),
   editado en 1964.
Recordando los éxitos de Noro Morales (RCA International, CD-
   07863533572), editado febrero 13, 1993.
Ritmos del Caribe (Disco Hit, DHCD-1045), 1999. Reedición.
Cha-Cha-Chá / Latin Dance (Columbia River, CD-170016), editado junio 13,
   2000.
Walter Winchell Rumba (Música Latina, MLCD-55025), 2000.
Latin Dance Party, Vol. 3 (Reyes, CD-6908228), julio 11, 2003.
Rhumbas and Mambos (Tumbao, TCD-799841), editado octubre 12, 2004.
Live / Broadcasts & Transcriptions 1942-1948 (Harlequin 78), editado
   febrero 12, 2008.
Rumba Rhapsody (Fresh Sound, CD-8224674), editado diciembre 30, 2008.
   Con sección  rítmica.
   Le mereció su primmer Disco de Oro.  1-fin

MLO / Enero de 2011

 

  

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