Muy difícilmente, Ernesto Cordero olvidará la noche del sábado 16 de abril. Porque en esta fecha sumó a su brillante trayectoria como compositor una de las experiencias que sólo pueden calificarse como inolvidables. Resulta que en la Sala Sinfónica Pablo Casals, del Centro de Bellas Artes, ante una nutrida y entusiasta concurrencia, se presentó el concierto titulado Aires de Puerto Rico, el Caribe y Latinoamérica, resumen de cuatro décadas de creación en el ámbito de la música de cámara, elaborado por el talentoso Guarionex Morales Matos, Orfeón San Juan Bautista.
El repertorio presentado fue extraído de las obras Concierto antillano (1974); Suite antillana: Pavana guagira y Seis milonga (1980); Estampas criollas y Dos piezas afroantillanas (1985) y Fantasía mulata (1986). Y brilló maravillosamente al ser ejecutado por músicos de alto nivel que enorgullecen a nuestra patria y de quienes podemos presumir ante el mundo. El programa que disfrutamos fue el siguiente:
Ave María – única pieza de carácter religioso compuesta por el maestro Cordero – (1967), interpretada por el Orfeón San Juan Bautista con el guitarrista Agustín Armando Rosado Márquez; Pavana Guairá, tercer y quinto movimientos, respectivamente, de la Suite antillana (1980) y El cumbancherito (1985), encomendadas al mundialmente aclamado guitarrista brasileño Carlos Barbosa Lima; Fantasía mulata (1986) y Dinga y Mandinga (1994), en la que generaron admiración la bella y virtuosa flautista Ana María Hernández, el guitarrista Barbosa Lima y, en la segunda selección mencionada, el violoncelista José E. Bobrén Díaz.
El concierto Aires de Puerto Rico, el Caribe y Latinoamérica
fue aclamado en la Sala Sinfónica Pablo Casals, del CBA.