Yvonne Denis Rosario, autora de Capa Prieto,
emerge como nueva voz de la narrativa nacional:
 
“No puedo ignorar el tema de la negritud
en mis historias, ni en mis poemas, pues 
hacerlo significaría negarme a mí misma”
 
Por: Rachell E. López Ortiz
 

Luego de una larga etapa dispersando sus trabajos literarios en diversas publicaciones,  Yvonne Denis Rosario por fin ha logrado ver coronado su sueño de entrar, oficialmente, al círculo de nuevas voces de la narrativa nacional. Resulta que, con su primer libro de cuentos, Capá Prieto (Isla Negra, 2009), se hizo merecedora del Premio Internacional José Ramón Piñeiro León de Periodismo y Literatura sobre Puerto Rico que, por quinta ocasión, confiere el Instituto de España en Madrid. Por consecuencia, esta obra acaba de ser publicada en inglés por la misma editorial.

Foto: END / Angel Luis García

Yvonne, nacida en Santurce, el 9 de marzo de 1967, cultiva, especialmente, la Poesía y el Cuento. Desde 2006, sus historias han aparecido en las revistas literarias El Cuervo, Identidad, Letras Salvajes, Revista Cayey y Tonguas. En cambio, sus poemas han tendo como principales foros de exposición la Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, En Rojo – del semanario Claridad –, Letras – del Centro de Estudios Puertorriqueños en Nueva York – y la Revista Guajana virtual. Algunas de sus creaciones dentro de este género se han traducido al portugués y al italiano, incluyéndose en antologías editadas en Brasil e Italia.

Por otro lado, ha sido participante invitada en todas las ediciones del Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico y, como conferenciante, deponente o jurado, en importantes congregros y certámenes literarios internacionales. Ahora se dispone a publicar su primer poemario y a estrenarse como novelista. Con ella, KooltourActiva tuvo oportunidad de conversar para beneplácito de nuestros lectores, amantes de la mejor literatura boricua.    

Como jurado, leyendo el laudo del Certamen de Poesia Guajana
del Festival Internacional de Poesia de Puerto Rico.

KA:  ¿Cómo y cuándo te iniciaste como escritora?

Cuando era adolescente, me fascinaba leer las llamadas novelas rosas y ya escribía algunas cositas. Así me inicié. Luego de obtener mi Bachillerato en Justicia Criminal en la Universidad Interamericana, cursé la Maestría en Creación Literaria, con concentración en Narrativa, en la Universidad del Sagrado Corazón. Fue a partir de entonces que tomé más en serio la Literatura. La Maestría me puso en perspectiva de lo que eso significa, de su alcance y de cuánto me gustaba sin que me diera cuenta. Después  comencé mi Doctorado en Estudios Hispánicos en el Recinto de Río Piedras de la Universidad Puerto Rico, que ahora estoy completando en Literatura puertorriqueña y del Caribe en el Centro de Estudios Avanzados del Caribe”.

KA: Háblanos un poco sobre tu primer trabajo.

“Tuve mi primer empleo a la edad de 17 años. Era clerical. Nada tenía que ver con Literatura. Pero, todos los conocimientos que una adquiere son de gran valía para el desarrollo de nuestra personalidad. Mis padres eran propietarios de laundrys (entiéndase, lavanderías), lo que también llamamos Dry Cleaners. El contable que les llevaba los libros, me ofreció un puesto de oficinista de Contabilidad en la compañía en la que él era contralor”. 

KA: ¿Cómo describes tu obra, en general? ¿Algún tema recurrente?

  Sostiene que “el conocimiento da poder
y la lectura es fundamental para obtenerlo”.
  
El trabajo literario que he realizado hasta ahora lo describo como uno muy sensible y realista. Mi temática no puedo desvincularla de los asuntos urbanos, la realidad de la gente común y la vida cotidiana. Me gusta escribir de lo que veo, lo que siento e  identificarme con el otro”.

KA:  Sé que, en tus escritos, sueles abordar lo concerniente al discrimen racial, a la negritud… ¿Qué nos dices al respecto?

Soy una mujer negra y he vivido toda mi vida en Carolina. El tema de lo que algunos califican como negritud no puedo ignorarlo en mis historias, ni en mis poemas. Porque hacerlo significaría negarme a mí misma. Me enorgullece hablar de mi familia negra”. 

KA: ¿Coincides en algo con otros autores como, por ejemplo, Mayra Santos Febres

Todos los autores deben coincidir unos con otros, en cuanto a que este espacio de nuestra literatura que trabajamos, es parte de nuestro quehacer cultural. Mayra es una de nuestras máximas escritoras puertorriqueñas y un tema en que coincidimos es en el tratamiento de la negritud. Claro, desde diferentes posturas, pero desde el mismo punto de partida: lo negro. Mayra fue una de las lectoras de mi tesis de maestría. Conoce de primera mano mi trabajo literario y siempre le estaré agradecida por tomar tiempo para ello. Y debo confesar que no habia leído nada de ella hasta ese momento, excepto su novela Nuestra señora de la noche”.

KA: ¿Profesas cariño especial a Capá Prieto por algún motivo particular?

              

                   

“¡Claro! Todo mi cariño y uno muy especial, porque es mi primera obra. Ahí están recogidas historias de toda mi familia, la de otros que no conocí y que me hubiese gustado conocer y de aquellos que fueron y son parte de nuestra historia como pueblo”. 

KA: El 19 de noviembre de 2010, coincidiendo con la conmemoración del 517 Aniversario del Descubrimiento de Puerto Rico, fue cuando ese libro fue galardonado por el Instituto de España, en Madrid. Abúndanos sobre esa experiencia.  

En Madrid, España recibiendo el premio.

Fue un maravilloso viaje a Madrid organizado por la Casa de Puerto Rico en España (CAPRE), que es dirigida por un grupo de intelectuales, entre ellos Ramón Darío Molinary puertorriqueño residente allá, en colaboración con el Gabinete Internacional de Traducciones (GIT). Ambas entidades son auspiciadas por el estado y convocan a este premio cada dos años en homenaje a su fundador, el boricua don José Ramón Piñeiro León, quien fue periodista, poeta, narrador y traductor. Capá Prieto fue a parar a España a competir con otros trabajos literarios y periodísticos de prestigiosos escritores en una convocatoria amplia y, por supuesto, de temas que tuviesen que ver con Puerto Rico. Fue una grata sorpresa que mi libro obtuviera ese importante premio… y tan lejos. Allá me trataron muy bien. Muchos boricuas que viven por allá me acompañaron en el acto de la premiación, que tuvo lugar en el Instituto de España, sede de todas las reales academias de la lengua española en la Península.  Una velada muy concurrida y elegante. Me obsequiaron una espectacular placa en plata grabada y enmarcada en madera preciosa, además del premio en metálico. Me causó inmensa satisfaccion escuchar el discurso que, sobre  Capá Prieto, manifestó don Juan Velarde Fuertes, académico respetadísimo, ganador del Premio Príncipe de Asturias. Ahora mi libro se vende en España y va por su segunda edición. Estar tan lejos y competir, incluso, con periodistas de TeleMadrid y con el propio Silverio Pérez fue un honor”.    

Con Silverio Perez en Bogota, Colombia.

KA: ¿Qué opinión te merece  la situación de la Literatura en nuestro país, como  industria y en términos culturales

“Hace unos días escuchaba al doctor Ramón Luis Acevedo hablar de los escritores aquí y decía que en Puerto Rico hay muchísimos y lo decía en buena lid. En esencia analizábamos, con otros estudiantes, el alcance de tanta literatura nuestra, a tal grado que no hay quien haya podido actualizar el trabajo de doña Josefina Rivera de Álvarez, quien documentaba todo lo concerniente a la literatura puertorriqueña.  En fin, somos tantos los escritores y se ha escrito tanto que no se sabe quién será el valiente que la sustituya y siga documentándola. Sin embargo, eso me parece maravilloso. La literatura nuestra merece respeto, no sólo por nosotros mismos. Hay que  respetar lo que los otros escriben, apoyarlos y ser solidarios unos con otros. De esa forma prevaleceremos. Algo que puede aplicarse a nuestro diario vivir y estaremos en paz”. 

KA: ¿Piensas que cuenta con el apoyo del público y gubernamental suficiente?  

Aunque asegura no tener autores favoritos,
nuestra entrevistada señala a las poetisas
Julia de Burgos y Anjelamaría Dávila
como sus principales influencias en el campo literario.

“Creo que mientras no apostemos por la educación como individuos y, sobre todo, el mismo gobierno, la literatura no recibirá el apoyo que merece, porque un concepto va unido al otro. Si no creemos que debemos educarnos, que debemos aprender, que la lectura es algo fundamental y que el gobierno debe invertir más en estimularla, pues seguiremos siendo ignorantes aunque estemos rodeados de libros por todas partes. El conocimiento da poder y la lectura es fundamental para  obtenerlo. No importa si se usa un sistema electrónico o el convencional, hay que leer. Tampoco importa el nivel social de la persona. El asunto es que hay que leer. A mis alumnos en el Departamento de Español de la Facultad de Estudios Generales en la Universidad de Puerto Rico los convido a leer y utilizo todos los mecanismos que se me ocurren. Y siempre logro mi objetivo: leen. Al final del semestre, alguno que otro me dice: ‘Profesora me hizo leer sin que me diera cuenta”. 

KA: ¿Cuáles han sido tus principales influencias en términos literarios?

“Desde mi adolescencia acostumbraba leer las llamadas novelas rosas y todas esas que, de alguna manera, me ayudaron a cultivar la lectura y, a la misma vez, me provocaron el deseo de conocer más autores desde otras perspectivas. Además, tenía que hacerlo a nivel académico, pues era requisito leer a Enrique Laguerre, a René Marqués, Manuel Méndez Ballester, Manuel Zeno Gandía, Alejandro Tapia y Rivera… No me salvaba de las lecturas. Así pude acercame a insignes escritores puertorriqueños que me fascinaronn. En mi grados secundarios leí Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez. Todavía conservo aquella edición y todo cambió para mí.  Era un mundo en el que me iba. Pero, mi principal influencia no dudo que fue Luis Rafael Sánchez. Él es un modelo de escritor incomparable, pues abarca tanto en todos los géneros literarios a través del uso del language y de su sensibilidad, que es con lo que más me identifico. Por otro lado, la doctora Marie Ramos Rosado, en el prólogo que hizo a Capá Prieto, dice que tengo una gran influencia en mi escritura del estilo del doctor Luis López Nieves.  No voy a negarlo: él fue mi profesor y lo seguirá siendo siempre. Quizás, inconcientemente, emulé sus técnicas en la narrativa. En la poesía, considero que mis dos grandes influencias son la inmortal Julia de Burgos y Angelamaría Dávila. Ambas han sido esenciales en mi desarrollo poético que no termina. En uno de mis cuentos les rindo homenaje”.

KA: ¿Qué otros autores y géneros te provocan fascinación?

“Leo todo lo que llegue a mis manos. Realmente, no tengo un autor preferido. Ahora, al momento de esta entrevista, acabo de terminar de leer dos libros de dos autores cubanos. Pero, es inevitable tener entre las estrellas literarias boricuas a Ana Lydia Vega, Edgardo Rodríguez Julia, Pedro Juan Soto, Emilio S. Belaval, Manuel Ramos Otero y mi profesora Carmen Lugo Filippi, entre otros y otras. Y, por supuesto, entre los extranjeros, a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Virginia Wolf, Dostoyevski y hasta Mario Vargas Llosa. Disfruto cualquier lectura. Trato de sacarle provecho a todo lo que leo y, el libro que tenga en ese momento, se convierte en mi preferido”.

KA: Entre los reconocimientos obtenidos, ¿cuál consideras el más importante y por qué?

“Todos mis reconocimientos son importantes. Tanto los que me he ganado aquí en narrativa o poesía, como los que me he ganado fuera de Puerto Rico. Para mí, lo mas importante es que reconozcan el trabajo literario. Realmente, el premio no es para una, sino para el texto. En estos casos, el escritor es la herramienta que sirve de enlance a beneficio del lector”.

KA: ¿Lo mismo te pregunto sobre los eventos literarios en que has participado?

“Escribir es un lujo, un privilegio y que reconozcan el trabajo
de una, como puertorriqueña, mujer y negra es formidable”.

Me encanta participar en certámenes literarios. He dirigido el de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras. Me gusta la labor de jurado. Ya la he desempeñado varias veces en Poesía y Cuento. Eso de calibrar el trabajo de alguien que se atrevió a enviar su texto es importante para mí y lo tomo muy en serio. He participado en muchos eventos literarias y todos son importantes. No puedo medir la importancia de uno comparándolo con otro. Es un privilegio participar en todo lo que tenga que ver con las letras. Sobre todo, cuando van dirigidos a los estudiantes. Hace algún tiempo fui al Recinto de Aguadilla de la Universidad de Puerto Rico, donde el escritor Luis Negrón presentaba mi libro y ver aquel teatro lleno a capacidad por jóvenes de Primer Año me llenó de emoción. Primero, porque ya se lo habían leído y, segundo, porque una está a la merced de su crítica y se convierte en modelo en ese instante. Y que no te dejen ir para preguntarte por algo que una ni imaginaba que lo descubrirían en un texto, eso sí es significativo. Aunque no se trate de un libro mío, congregar a los jóvenes en pos de la literatura es un acierto”.

Yvonne Denis, Carmen Centeno Meneses, Angela Hernandez,
Marta Aponte Alsina  en su homenaje e Irma Velez en el Centro de Estudios Avanzados y del Caribe.

KA: ¿Proyectos a corto plazo

“Tengo mil ideas en la cabeza, proyectos terminados, en desarrollo y por comenzar.  Mi mente sigue creando y puede ser agobiante. Quiero seguir cultivando mi primer libro para que siga nadando por los mares del mundo. He viajado a varios lugares dónde me invitaron a presentarlo y no he podido negarme a las invitaciones que me siguen llegando. Ya está hasta en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Asi que, entretranto, presentaré próximamente mi otro proyecto, dedicándole el tiempo que sea necesario. No tengo prisa por publican. Me queda una vida entera”.

KA: ¿Algún comentario final?

“Escribir es un lujo, un gran privilegio y que reconozcan el trabajo de una, como puertorriqueña, mujer y negra es formidable. Quiero seguir siendo modelo no solo para mis hijos,  sino tambien para mis estudiantes, porque apuesto a nuestra juventud”.

 

Vieja
 
Desde los pliegues
que adornan tu cuello,
un perfume me alarmó
cuando te besé.
 
Era ese peculiar aroma,
colonia natural
adherida,
esperando la muerte.
 
Aspiré.
No era calor,
ni  frío,
sino  años.
 

NOTA: Este poema de Yvonne Denis Rosario la hizo acreedora al Primer Premio en el Certamen de Literatura Manuel Joglar Cacho auspiciado por el Instituto de Cultura de Puertorriqueña en el 2008. 1-fin

R.E.L.O. / KTA
Febrero 2011