Lo mejor de la década 2000-2010
(Parte 2)
A pesar de que, prácticamente, la industria discográfica se vino abajo por causa de la piratería cibernética y que la crisis económica en que los más recientes desgobiernos han sumido a nuestro País le asestó un golpe de gracia a las multinacionales convirtiéndolas en más distribuidoras que productoras, nuestros músicos no se han desalentado y continúan brindándonos sus trabajos de manera entusiasta, aunque sin las expectativas de generar ventas impresionantes.
Es un hecho que las mejores propuestas, no sólo en Puerto Rico, sino en la mayoría de los mercados internacionales, son producciones independientes, frutos de los esfuerzos de los propios artistas. Esto es así porque se crean con el sello de la autenticidad, ya que sus gestores no tienen que regirse por las fiebres imperantes en el momento ni, mucho menos, por las directrices de ejecutivos más interesados por los resultados económicos que por el valor artístico de cada proyecto.
Para elaborar la selección de Las 25 Mejores Producciones Discográficas de la Primera Década del Siglo 21 en Puerto Rico, combiné las opiniones de los críticos de Billboard, Latin Beat, las tradicionales selecciones anuales de la Fundación Nacional para la Cultura Popular y las principales revistas cibernéticas especializadas, además de mi propio criterio. Aparte, naturalmente, de la calidad artística de cada una, tomé en cuenta, muy especialmente, dos factores principales: la novedad y el significado histórico.
Reconozco que estrellas nacionales como Marc Anthony, Ednita Nazario, Olga Tañón, Chayanne y Luis Fonsi relizaron producciones muy dignas y al nivel del prestigio que disfrutan. Sin embargo, éstos se han mantenido fieles a sus respectivas fórmulas ganadoras y, por tanto, sus propuestas, aunque exitosas, no suelen generar novedades ni sorpresas. En algunos casos, cuando han realizado los llamados proyectos “de concepto” – Chayanne (con Influencias, Sony Latin, 1994) y Marc Anthony (con Íconos, Sony BMG, 2010) – los mismos no han clasificado entre lo mejor de sus discografías.
El orden en que he colocado cada reseña no corresponde al nivel de importancia o trascendencia que les adjudique, sino, exclusivamente, a la cronología de sus lanzamientos.
Las 25 mejores producciones discográficas:
Tito Puente, Eddie Palmieri & Orquesta. - Masterpiece / Obra maestra (RMM 0282840332), editado julio 18, 2000. Esta producción no sólo le hace honor a su título sino que también encierra un significado de carácter histórico que, lamentablemente, envuelve tristeza: fue la última grabación del legendario «Rey del Timbal» – quien no llegó a verla editada – y la última en que intervino, vocalizando la pieza Marchando bien, el gran sonero Pete «Conde» Rodríguez.
Además de los instrumentistas más importantes en los ámbitos de la salsa y el jazz latino en la plaza neoyorkina, los maestros Puente y Palmieri reclutaron a varios de los vocalistas más admirados del panorama rumbero internacional para dar vida a este gran trabajo: Herman Olivera (en la versión salsera del tango La última copa, Yambú pa’ Inglaterra y el bolero Enséñame tú); Michael Stuart (en la adaptación al género del pasodoble El beso y en el bolero Piénsalo bien); Jerry Medina (en Muddy’s Club in Weinheim e Itutu Ache) y el venezolano Óscar D’León en los clásicos mexicanos Cielito lindo y Son de la negra – con mariachi y todo – y París Mambo. Herman, Jerry y Michael se unen en la interpretación de El bochinche.
David Sánchez. - Melaza (Columbia, CD-62085), 2000. Fue con esta grabación que el guaynabeño David Sánchez comenzó a consolidarse en el ambiente del jazz como uno de los grandes virtuosos contemporáneos del saxofón tenor. Incluso, le mereció su primera nominación al premio Grammy. Hoy la crítica lo reconoce como el más importante representante boricua en la denominada música de los músicos o música clásica de los pobres. Lo acompaña una selección de instrumentistas de alto nivel, la mayoría habituales en su discografía y en sus presentaciones en directo: Edsel Gómez (pianista); Miguel Zenón (saxofonista alto); William Cepeda (trombonista); Hans Glawischnig (contrabajista); Adam Cruz y Antonio Sanchez (bateristas, alternados); Pernell Saturnino (percusionista) y Héctor «Tito» Matos (ejecutante de panderos de plena).
Félix Alduén & Grupo Los Tambores de Alduén. - ¡Candela! / Bomba de Mayagüez (Casabe Records & Carimoods Entertainment), 2003. Un considerable sector de los conocedores reconoce a don Félix Alduén Caballery (1926-2003) como mejor cantante de bomba de todos los tiempos. Durante su trayectoria artística, este humilde, pero gran músico y folklorista, se concentró en el cultivo y exposición de la bomba originaria de su natal Mayagüez, especialmente frente a su conjunto Los Tambores de Alduén que, con frecuencia, también se identificaba como Alduén y sus Muchachos.
Aunque recorrió la Isla con su grupo, don Félix no había tenido oportunidad de grabar, dada la tradicional indiferencia de la industria discográfica ante lo que verdaderamente debe documentarse para la posteridad y porque él nunca anduvo en pos de peldaños estelares. Por fortuna, el virtuoso trombonista, director de orquesta, productor, jazzista y fervoroso estudioso del folklore afroboricua William Cepeda se motivó a perpetuar su voz, produciéndole este disco y, por feliz consecuencia, salvándolo para la historia. Lamentablemente, don Félix no logró verlo editado, pues falleció antes de que el mismo llegara al mercado. Así que, por su valor artístico, histórico y sentimental, ¡Candela! / Bomba de Mayagüez adquiere categoría de joya de colección.
Miguel Santiago Díaz & Conjunto Ecos de Borinquen. - Jíbaro hasta el hueso (Smithsonian Folkways Recordings, CD-6097278), editado agosto 26, 2003. Productor musical: Héctor Vega Druet. Haber sido la primera – y única hasta la fecha – producción discográfica de música campesina puertorriqueña que logra ser nominada al Premio Grammy en su versión original norteamericana (mucho más respetada que la latina), convierte a este disco, por su carácter histórico, en joya de colección. El maestro trovador comerieño Miguel Santiago Díaz y su discípula Karol Aurora De Jesús Reyes brillan al más alto nivel de lo que esperan los exigentes conocedores de la cultura musical de nuestros campos, brindando con absoluto dominio muestras de los estilos más representativos de la décima, el seis y otras expresiones folklóricas.
Selecciones incluidas: A mi dulce amada, Diálogo, Dulce sueño mío, En mi estrofa decimal, En un eterno poema, Jíbaro hasta el hueso, La herencia de mi papá, La loma del tamarindo – emotivo y muy difundido cante jondo viequense original del inolvidable Wiso Santiago, hermano de don Miguel –, Los gallos cantaron, Margarita, María Leticia, Marumba a Guadiana, Somos los puertorriqueños y Yo amo la libertad. ¡Obligado en la colección de cualquier boricua orgulloso de serlo!
Spanish Harlem Orchestra. - Across 11th Street / Featuring Rubén Blades (Libertad, LE04-615), editado junio 15, 2004. Este disco es de salsa gorda de la brava. El material incluido no tiene desperdicio. Al escucharlo, de repente nos asalta la sensación de que todavía estamos en el primer lustro de los ‘70. La plantilla que el gran pianista y arreglista Óscar Hernández conoció para esta producción es poderosísima: Raúl Agraz, Pete Náter y John Walsh (trompetistas); Jimmy Bosch y Dan Reagan (trombonistas); Mitch Frohman (saxofonista barítono y flautista); Rubén Rodríguez y Héctor «Máximo» Rodríguez (bajistas, alternados); Pablo «Chino» Nuñez (timbalero) y, alternándose en las congas y los bongoes, Bobby Allende, George Delgado y Roberto Quintero.
Aunque, por el envidiable cartel estelar que disfruta, el panameño Rubén Blades se lleva el crédito absoluto en la carátula, los otros tres vocalistas participantes están a su altura artística. Se trata del veteranísimo boricua Willie Torres, el también de los nuestros Ray De la Paz y el mucho más joven ecuatoriano Marco Bermúdez, muy destacado en Nueva York por sus trabajos con la Orquesta La Élite de Isidro Infante y sus colaboraciones discográficas con otros intérpretes.
Blades vocaliza Un gran día en El Barrio (obra de Ray De la Paz); Bailadores (de Héctor Rivera); Como lo canto yo (de Tite Curet Alonso) y la versión orquestada de su composición Tú te lo pierdes, que apareció primero en su álbum acústico Cantares del subdesarrollo. Willie hace lo propio con el estándar Cuando te vea, de Tito Puente. A Ray se le escucha en Dime si llegué a tiempo (de Junior Cepeda) y Te cantaré (de José Ángel Cruz). Pero es las piezas Maestro del rumbero (de Francisco Alvarado) y el clásico La hija de Lola (de Raúl Marrero), delegadas en Marco, que se suscitan los solos más candentes. En la primera, a cargo de los boricuas Pete Náter, Jimmy Bosch y Bobby Allende, quien en esta oportunidad ejecuta las congas. Bosch también resopla su trombón en la segunda. Por otro lado, resulta una delicia escuchar el trío formado por Marco, Ray y Willie en el muy difundido bolero Espérame en el Cielo, del puertorriqueño Paquito López Vidal. Por su parte, Hernández aporta dos composiciones instrumentales: Escucha el ritmo (cha-cha-chá con coro) y Perla morena.
No podía ser otro: mereció el Premio Grammy correspondiente a Mejor Álbum de Salsa, en su genuina y más prestigiosa versión norteamericana, otorgado en el Staples Center, en Los Ángeles, el 13 de febrero de 2005.
Ángel David Mattos. - Danzzaj (Jazz Boricua Productions, CD-6859), 2004. Esta propuesta reviste la trascendencia de que, por primera vez, presenta la fusión de la danza puertorriqueña con el jazz. Lo mejor de todo es que el resultado del experimento quedó a la altura de las pretensiones de su gestor, Ángel David Mattos, reconocido pianista, compositor y conquistador bayamonés, miembro de una familia de músicos notables. Para este ambicioso e histórico trabajo se hizo acompañar por Bob Mintzer (saxofonista); John Benítez (bajista) y, alternándose en la batería, Héctor Matos (no «Tito», el plenero) y el mexicano Antonio Sánchez.
De las diez piezas includes, seis son originales de Mattos: Copy Cat / For Chick Corea, Danza al maestro, El Bravo E.S. – dedicada a Egui Castillo –, Las antillas, Point of Reference y Tropical Zone. De Juan Morel Campos interpreta Felices días, Maldito amor y No me toques y, de Manuel Gregorio Tavárez, la casi obligada Margarita. ¡De colección!
Jimmy Delgado & Orquesta. - Salsa con dulzura (JD-001), editado mayo 18, 2004. Desde que arranca el primer compás con el tema Bandera (original de Ken Gómez & Tony Pabón), el poderío rumbero de este disco se torna imparable. Claro: el gestor de esta propuesta, Jimmy Delgado, ha sido uno de los timbaleros cumbres del ambiente salsero de Nueva York, habiendo agotado fructiferas pasantías con las bandas de Willie Colón y Ray Barretto y desarrollado una vestigial discografía como acompañante de “medio mundo”. Al disponerse a plasmar su primer trabajo como figura líder, naturalmente tenía que lucirse al máximo. Y ese objetivo fue cumpido a capacidad. Porque Salsa con dulzura es un discazo.
Los instrumentistas más representativos del movimiento rumbero en la Gran Urbe lo respaldaron en su esfuerzo – se trata de una production independiente –, brillando con solos candentísimos. Especialmente, los disparados por los trompetistas Richie Viruet, Steve Gluzband y John Walsh; el infaltable trombonista Reynaldo Jorge y el pianista Edwin Sánchez. Respecto a los de timbales… ¡imagínense!
Así soy yo, Corazón disgustado, Estoy arrepentido, Hoy la vida, Nací rumbero, Quiero bailar, Ritmo y melodía y Ven a mí son las otras piezas incluidas. .
Piro Rodríguez. - Eyes Open (PRRI 004), 2004. Aunque por causa de los consabidos vaivenes el Mercado esta production demoró ocho años en editarse – se grabó en 1992 –, el resultado no se alteró en lo absoluto. Porque, cuando es respaldada por la calidad, la música no pierde vigencia. Tal es el caso del virtuoso trumpetista David «Piro» Rodríguez, uno de los más activos en las sesiones grabación, tanto en Nueva York como en Puerto Rico, desde la década de los ‘80. De hecho, encabezó la sesión de metales en la orquesta de Tito Puente durante los últimos diez años de vida de éste y fue la primera trompeta en toda la discografía que Celia Cruz desarrolló a lo largo de su etapa en RMM Records y, finalmente, en Sony Music.
Esta propuesta representa su primer efuerzo por exponer su propia música y descollar como el gran ejecutante que es. Para ello convocó a lo más granado de los instrumentistas activos en los ambientes boricua y neoyorkino, quienes se alternan en formaciones de quinteto, sexteto y septeto. Figúrense qué nombres: Amuni Nacer, Eddie Martínez, Ronnie Mathews, Luis Quevedo y Edward Simon (pianistas); Héctor Veneros (saxofonista tenor); Óskar Cartaya, José Gazmey y Pucho Matos (bajistas); Endel Dueño (baterista); Marc Quiñones (timbalero); Carlos «Patato» Valdés y Ángel Rubén «Cachete» Maldonado (congueros) y, en la llamada percusión menor, Papo Pepín y Steve Thorton.
El repertorio incluido, en la onda del jazz latino, consta de ocho composiciones originales de la estrella de este disco, más dos estándares. Los títulos de las primeras son Crazy Love, Don’t Play With Me, Latin Love, Midnight Love, Moondance, Wait For Me, Without You y, naturalmente, el titular Open Eyes. De verdad, resulta difícil decidir cuál nos gusta más. El contenido se completa con Cherokee (de Ray Noble) y Birdland, de Joe Sawinul. ¡Buenísimo!
Héctor Matos & Grupo Viento de Agua. - Unplugged / Materia prima (Smithsonian Folkways Recordings, SFW CD 40513), editado marzo 23, 2004. Esta producción que el Instituto Smithsonian encomendó al cantante y percusionista Héctor «Tito» Matos persigue el fin de preentar la bomba y la plena en sus manifestaciones más genuinas, resaltando eminentemente los barriles al tratarse de la primera y los panderos al abordar la segunda. Y, en alas de lo genuino, la proyección del sabor callejero que caracteriza a ambas expresiones bailables adquieren en cada interpretación un sello de innegable autenticidad.
El “junte” de pleneros y bomberos de esta muestra podría considerarse un pequeño All Star de nuestro folklore urbano: Roberto Cepeda Brenes – miembro de legendaria dinastía –, Richard Martínez – considerado por muchos la mejor voz plenera de la nueva generación –, Sammy Tanco y el propio Matos – vocalistas líderes de incuestionable calidad –, mientras Joksan Ramos, Juan Gutiérrez y Miriam Félix aportan coros insuperables y, al igual que los primeros, se desempeñam magistralmente con los barriles y los panderos quinto, tumbador y seguidor.
Llama sobremanera nuestra atención la inclusión de tres vertientes de la bomba mucho menos cultivadas que las ya muy conocidas sicá, yubá y holandé. Específicamente, el mayagüezano seis hoyomula en la pieza Siré, siré (escrita y vocalizada por Roberto); gracimá en la titulada Mayelá (de Jesús, hermano del anterior, quien también la canta) y güembé en Cucú, obra del patriarca Rafael Cepeda Atiles que figura en los repertorios de otras formaciones que le han impartido un matiz más comercial.
El resto del material incluido es el siguiente: Ahora sí, Las tarimas y Pa’ un plenero (originales de Juan Martínez García); Quinto y tumbador (de Félix Díaz); Ola de la mar (de Pedro Ruiz); Del Oyé y Maringracia (de Cepeda Atiles); Viento de Agua llegó (de Héctor «Tito» Matos) y, de autor no identificado, El león. Excepto la bomba Del Oyé, todas las selecciones mencionadas son plenas.
Jerry González & Los Piratas del Flamenco. - Los Piratas del Flamenco (Sunny Side, SSCD-1135), editado junio 29, 2004. A partir de esta producción, el virtuoso trompetista y conguero Jerry González haría un prolongado receso en la trayectoria de su Fort Apache Band que, a juicio de un nutrido sector de la crítica, ha sido el mejor grupo de jazz latino contemporáneo. Se afincó entonces en España, donde su presencia causó sensación entre los amantes del jazz. Su propósito era experimentar con nuevas fórmulas y, como el flamenco siempre le provocó inquietud, hacia este género volcó su interés. La fusión que expone en esta propuesta es fenomenal. De hecho, le mereció la nominación al Grammy.
Varios de los más prestigiosos guitarristas de esta onda participaron en este novedoso proyecto: los guitarristas Niño Josele, José Suarez «Paquete» e Israel Sandoval – quien también ejecuta la guitarra eléctrica –, el percusionista Israel «Piraña» Suarez y el cantaor Diego El Cigala en la interpretación del clásico bolero Obsesión. Las otras selecciones includas son Al abordaje, Donali (o sea, Donna Lee, del mítico Charlie Parker); En el Corazón de Pescaderías, Hubo un lugar, Monk’s Soniquete, Pirata de Lucía y Rosa para Julia. ¡Obligado en las colecciones de los amantes del jazz latino!
Anthony Carrillo. - Guapería rumbera (Batá, BRI-2005), 2005. El sueño que, durante años, albergara Anthony Carrillo, considerado el mejor bongosero contemporáneo por un gran sector de la crítica internacional, se hizo realidad con esta producción de dos compactos. Su propósito fue juntar en un mismo proyecto a los máximos exponentes de la percusión en nuestro País y que todos ellos tuvieran oportunidad de lucirse. En Guapería rumbera no hay espacio para melodías, ni solos de piano o de metales. Sí sobredosis de golpes de tambor y epilogue de virtuosismo por parte de sus protagonistas.
Endel Dueño, Richie Flores, José Manuel «Mañengue» Hidalgo, Giovanni «Mañenguito» Hidalgo, Ángel Rubén «Cachete» Maldonado, Paoli Mejías, Javier Oquendo, David «La Mole» Ortiz, Lester Ojeda, Felipe Cortijo, Rafael «Nene» Cuascut, Federico «Papo Cadena» Delgado, Luis «Lagarto» Figueroa, Edgardo Hernández, Ronaldo I. Ortiz, Alfredo Rodríguez, Carlos Rodríguez y Juan Antonio Sánchez fueron los convocados. En algunos cortes se escucha el trombón de Antonio «Toñito» Vázquez y el bajo de Harold Hopkins. Pero, el elemento imperante en los 17 cortes de esta producción son los solos de tambores. Así que aquellos fanáticos de la percusión afrocaribeña tienen en Guapería rumbera otra alternativa para “curarse”.
Egui Castillo & His Orchestra. - Palladium Tradition (Cayeyo Records), 2005. Este virtuoso percusionista riopedrense – domina toda la gama de tambores caribeños y ejerce como profesor en el prestigioso Berklee College Of Music, en Boston – tuvo que convertirse en productor independiente para sacar a la luz su primer proyecto discográfico como figura líder, Palladium Traditions, en el que evoca los legados a la cultura rumbera de los boricuas Tito Puente y Tito Rodríguez y el cubano Francisco Raúl «Grillo» Pérez Gutiérrez – o Machito –, quienes constituyeron el triunvirato emblemático del mítico Palladium Ballroom neoyorkino. Dado su alto nivel como músico, de su esfuerzo no podía esperarse otra cosa: su propuesta es excelentísima. Hasta reclutó al legendario Maestro de Ceremonias Mariano Artau para recrear la presentación de un baile por comenzar.
El repertorio seleccionado para su compacto incluye mambo, rumba, descarga, jazz afrocubano y hasta boleros. En la primera pieza, Caribe (escrita y orquestada por Ray Santos), destacan como solistas Ángel Subero (trombonista); Tim Mayer (saxofonista alto) y Marc Quiñones (esta vez como bongosero). En la segunda, Nutville (de Horace Silver), los solistas son Greg Hopkins (trumpetista, amén de arreglista); Dino Govani (saxofonista tenor); Óskar Cartaya (bajista) y Castillo (timbalero). Yeah, del mismo autor y orquestada por José Madera, brinda oportunidad de lucimiento a Humberto Ramírez (trumpetista); Bob Bowlby (saxofonista barítono) y Uziel Colón (pianista). En I Call Your Name (de Lennon & McCartney), requested por Hopkins, brillan el trombonista Jeff Galindo y el guitarrista Milt Reder.
En la quinta selección, Con calma, compuesta y orquestada por Ramírez, la estrella es Castrillo, al igual que en la descarga Palo vaya (de Francisco Radhamés Domínguez), en la que también sobresalen Marc Quiñones (ahora como conguero) y otra vez Ramírez. Luego de la nota romántica con Medley Bolero que, en voz de Manolo Mairena, entrelaza Lo mismo que usted, Tiemblas, Ya son las doce e Inolvidable (cuatro éxitos consagratorios de Tito Rodríguez), la propuesta cierra con Scoot’n (de Bob Dogan), con Govani, Colón, Hopkins y Castrillo en sus respectivos instrumentos.
Los otros músicos que intervienen en Palladium Traditions son Bobby Gallegos y Steve Lefebre (trompetistas); Russell Jewell (trombonista) y Luis Figueroa y Noel Rosado (coristas).
Edwin Clemente & Orquesta. - Timbal pa’l bailador (E&E Records), 2005. Quien es, posiblemente, el timbalero boricua más activo en los estudios de grabación durante los últimos tiempos, Edwin Clemente, convocó a los mejores músicos nacionales para dar vida a un proyecto capaz de colocar nuevamente a la salsa en el sitial cimero que le corresponde como género. La cuadrilla de virtuosos que formó es fenomenal y, por consecuencia, el resultado de su trabajo no podía ser menos. Esta producción, que marcó su debut como figura líder, quedó perpetuada como muestra de la mejor salsa gorda. Y aunque aquí se destacan los vocalistas Wilfredo Otero y Miguel Ángel Rodríguez, las descargas de timbal y los solos de los metales tienen papel protagónico.
Pablo «Chino» Núñez and Friends. - It‘s SGO Time / Tribute to the Dancers (Cookita, CR002), 2005. Al riopedrense Pablo «Chino» Núñez podría calificarse, en Nueva York, el equivalente a lo que representa en el ambiente salsero boricua Edwin Clemente o Rafael «Tito» De Gracia. O sea, la primera opción como timbalero para los productores discográficos. Demás está decir que su discografía como acompañante es inmensa y sigue creciendo. En la plaza neoyorkina ha grabado con todos los grandes.
Este compacto marcó su debut como figura líder. Por tanto, procuró rodearse con la crema y nata de quienes han sido sus compañeros en los estudios de grabación para perpetuar un repertorio potente y sabroso. Frankie Vázquez, Frankie Morales, José «Papo» Rivera, Marco Bermudez, Ray Sepulveda, Willie Torres, Ray Viera y Van Lester fueron los cantantes convocados. Y, entre los instrumentistas, Ricky González (pianista); Pete Nater, Richie Viruet y Raúl Agraz (trompetistas); Jimmy Bosch (trombonista); Mitch Frohman (saxofonista barítono); Máximo Rodríguez (bajista); Marc Quiñones y Ralph Irizarry (timbaleros) y Bobby Allende, George Delgado, Jorge González, Willie Romero y Eric Velez (congas y bongoes). En algunos temas, Núñez también le somete al bajo y al piano. ¡De colección!
Danny Rivera. - Quiere nacer (FerJan Music, FJ-1020), editado octubre 16, 2005. Esta producción llegó al mercado con etiqueta de clásico navideño. Destinado a permanencer como referencia. De hecho, independientemente de su género, fue considerada una de las mejores que se lanzaron en Puerto Rico aquel año, aunque fue en sus postrimerías. Ábrele la puerta, Canción de Navidad, Enciende una luz, Jesusito en la calle, Lucecita, Navidad, Será una noche distinta y Voy a robarme a Jesús son los temas incluidos. ¡Una delicia!
Juan Carlos Vega. - Classical Goes Latin… Popssical (A-ZM Records, CD-2005), 2005. He aquí una de las propuestas más interesantes de la pasada década en el mercado musical boricua: el pianista, guitarista, arreglista, cantante y productor Juan Carlos Vega seleccionó nueve temas estándares del género clásico y los plasmó en esta joya discográfica adaptados a los ritmos populares. Claro: para ello reclamó las colaboraciones de los instrumentistas y orquestadores más experimentados de nuestro País.
El repertorio comienza con la versión rumbera de Zarathustra (de la ópera homónima de Richard Strauss), orquestada por Ángel David Mattos, en la que sobresalen el conguero Paoli Mejías y el bongosero Javier Oquendo. Continúa con la pieza Barroca, cuya orquestación aportó Julito Alvarado. Se trata de una curiosa adaptación a la plena del primer movimiento del Concierto Núm. 2, de Bach, en el que brilla como solista José Luis Valdés ejecutando la trompeta piccolo. El tercer tema es el muy defundido bolero Divina ilusión, orquestado por Vega y vocalizado por Andy Montañez. Valga aclarar que, originalmente, esta pieza es el Opus 10, de Chopin, habiendo sido adaptado al bolero hace 55 años por Enrique Quezada, primera voz del legendario trío mexicano Los Tres Diamantes y autor del texto (o “la letra”).
El merengue Can can, orquestado por el pianista Martín Nieves, pertenece a la opereta francesa Orphée aux eufers, de Jacques Offenbach. Tanto en Puerto Rico como en gran parte del mundo, esta melodía se escucha tradicionalmente a la hora que se despide cada año. Mientras tanto, el conocidísimo primer movimiento de la Quinta sinfonía de Beethoven, fue adaptada a la salsa por Ramón Sánchez, brindándole particular destaque, como solistas, al trompetista José «Cheíto» Quiñones y al propio Vega en el piano y los teclados. Por su parte, Pedro Guzmán ejecuta brillantemente, en tiempo de seis celinés, Para Elisa, otra imperecedera obra de Beethoven.
Vega y el pianista Yan Carlos Artime son los solistas en la bomba A la turca, o sea, la Sonata rondo alla turca, de Mozart. El grupo de pop-rock Melisa & Madre Tierra interviene en Mi amor, mi bien, versión al español del aria Caro mio ben, de la ópera Siglo 18, de Giordani. La novena selección es la batucada Ópera, que entrelaza arias de Bizet, Mozart y Rossini. Aquí se destaca Héctor Matos & Porto Brasil. Para redondear este trabajo y a manera de bono se include el danzón De amores, cuya melodía es original de Vega – quien lo vocaliza – y su texto de Yan Carlos Artime.
¡Este disco es altamente recommendable!
Andy Montañez & Pablo Milanés. - AM / PM: Líneas paralelas (Discos Morochos), editado en diciembre de 2005. Más que por su contenido, que es de gran calidad, el atractivo mayor que oferta este álbum es que para su realización se unieron dos colosos de la música antillana: el puertorriqueño Andy Montañez y el cubano Pablo Milanés. No demoró en ser reclamado por los fervorosos seguidores de estos intérpretes tan pronto llegó al mercado. Claro: todos esperábamos un discazo y, seguramente, ninguno de ellos salió decepcionado. Como siempre, ambos artistas demuestran por qué son quienes son.
El repertorio seleccionado incluye cuatro clásicos de la música cubana en los que Andy y Pablo forman dueto: los boleros Nuestra canción (de César Portillo De la Luz); Santa Cecilia (de Miguel Corona) y Juramento (de Miguel Matamoros), así como el Son de la loma, también de Matamoros. En el interín, específicamente en la tercera pieza, vuelven a compartir las vocalizaciones en Canción de los amantes (original de Antonio Cabán Vale «El Topo») y la salsa La felicidad, que lleva la firma del cubano.
Completan el contenido, cantadas por nuestro compatriota: Allí estarás (de Dagoberto Ángel González Hernández) y su versión salsera de las muy difundidas décimas Allá en la altura, de Juan María Morales Ramos «Moralito». Pablo hace lo propio con el bolero Guitarra mía, que compuso don Andrés Montañez Alejandro, padre de Andy. Para cerrar,vuelven a juntarse en la interpretación del tema titular de la producción, Líneas paralelas, salsa que se le encomendó al boricua Gino Meléndez.
Andy Montañez. - Salsatón / Salsa con Reggaetón (Univision Music, SGZ-0883 40007 2), editado abril 25, 2006. Esta propuesta de Andy Montañez es muy importante. Porque, al ser pionera, digamos, en la oficialización de una nueva vertiente que el productor Sergio George bautizó como salsatón, se convierte en merecedora de trato especial y aparte.
A pesar de las evidentes limitaciones de la mayoría de los vocalistas participantes, tanto el llamado «Niño de Trastalleres» como su director musical supieron amoldarlos a su concepto con admirable maestría. Podríamos asegurar que, en lo que a esto respecta, ningún otro productor es tan capaz como Sergio George, quien dio cátedra de su ingenio con el muy exitoso proyecto Dark Latin Groove / DLG durante el período 1996-2000.
Salsa / Salsa con Reggaetón cuenta con las intervenciones de tres de los vocalistas claves en esta fiebre, comenzando con su máxima estrella, Daddy Yankee, quien interviene en el tema Se te ve. El segundo invitado es Cheka con la pieza Tan bella y, el tercero, Julio Voltio con En mi Puertorro. Los otros convocados para esta novedosa propuesta fueron John Eric (en Con fuego); Maidel Amador «La Sista» (en Salsatón); Crooked Stilo (en Café colao) y los tres cantantes de la Orquesta N’Klabe, quienes aportaron los coros a las selecciones Cuando no es Juan es Juana y Sacude la mata, cuyas interpretaciones recaen íntegramente en Andy.
Sonora Ponceña. - 50 aniversario / En vivo Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón, Vol. 1 (Pianíssimo, CD-31326) y Vol. 2 (Pianíssimo, CD-30124 / Reyes 3012454), editados abril 12, 2007 y marzo 31, 2008, respectivamente. Medio siglo de exitosa trayectoria es una dicha que la inmensa mayoría de las formaciones musicales no logran alcanzar. Por eso y porque se trata de una orquesta emblemática en la historia de la salsa y que, junto a El Gran Combo y otros grandes exponentes, ha colocado a Puerto Rico en sitial preponderante del inmenso mapa rumbero, estos volúmenes no deben faltar en las colecciones de los salsómanos. Recogen lo acontecido la histórica noche del 21 de febrero de 2004 cuando, en el Coliseo Rubén Rodríguez, de Bayamón, este bandón fundado por el guitarrista Enrique «Quique» Lucca Caraballo y dirigido por el hijo de éste, el virtuoso pianista y arreglista Enrique Arsenio «Papo» Lucca, festejó, por todo lo alto, su Aniversario de Oro.
Los vocalistas más representativos de su historia, así como los actuales (Héctor Luis «Pichie» Pérez, Danny Davila y Fernando «Wito» Colón) y varios invitados muy especiales protagonizaron esta celebración tan significativa e inolvidable para la Sonora Ponceña que, además, se perpetuó en DVD. el primer compacto recoge las siguientes piezas: Como mango, Ecué Baroni, Jubileo 50, La clave – en la que se lucen con ponderosas solos el trompetista Luisito Aquino y el bajista Bobby Valentín –, Piano salsero – en la que brilla José Antonio «Lenny» Prieto –, Tumba la caña, jibarito, Vas por ahí, Yaré – vocalizada por Luisito Carrión, antiguo integrante de la Sonora y, luego, destacado solista – y, entrelazados, los boleros Canción y Sigo pensando en ti.
El segundo volumen contiene: Ahora yo me río, Bomba carambomba (encomendada a Lucca Lucciano (hijo de Papo); Suena tu bongó (con la intervención de Roberto Roena); No vive en este planeta (cantada por Antonio Cabán Vale «El Topo» y la intervención de la cuatrista Maribel Delgado); Yambeque (cantada por José Alberto «El Canario»); Sonero (con otro invitado de lujo: Johnny Pacheco); Date cuenta y Ramona. ¡Tremendo banquetazo!
Kathleen Jones. - Caribe Clarinete (DBA Klarinet Records), 2008. Hasta los albores de la década de los ‘30, el clarinete formó con el bombardino la combinación estándar en las orquestas de baile puertorriqueñas. Luego ambos instrumentos fueron reemplazados por la trompeta y el saxófono. El primero fue reelegado a las bandas militares y escolares y, aunque el segundo mantuvo su importante posición en la orquesta sinfónica y en los conjuntos de cámara, su presencia en las formaciones de corte popular se limitó considerablemente.
A través de los años, en nuestro mercado han sido muy escasas las producciones discográficas que han tenido al clarinete como protagonista. Por eso, Caribe Clarinete es tan importante. Sobre todo, cuando el mismo es ejecutado por la virtuosa Kathleen Jones, profesora de este instrumento en el Conservatorio y miembro destacado de la Orquesta Sinfónica desde hace casi cuatro décadas.
El repertorio incluido es el siguiente: Crepúsculo para clarinete solo y Sonata en La menor para clarinete en La y piano (de Jack Delano); Voces del barrio, obra en tres movimientos para clarinete solo (de Alfonso Fuentes); Cinco bocetos para clarinete solo (de Roberto Sierra); Instrospection (de Sonia Morales Matos); Netiquette, danza para clarinete y trombón – ejecutado por Luis Fred – (de Fernando Medina Cáceres) y un novedoso arreglo aportado por David Bourns de la danza Sara, de Ángel Mislán.
Jerry Ferrao & Jorge David Rodríguez. - Puertorican Folkloric Jazz / Barriles de jazz (Independiente), 2008. Era lo que faltaba y, ¡por fin!, los barriles de bomba llegaron al jazz. Lo mejor de todo es que este feliz e interesantísimo acontecimiento se dio de manera magistral. Las excelentes orquestaiones de Ricardo Pons, José «Cheíto» Quiñones – quien también interviene como como trompetista – y Javier Rodríguez y el despliege de virtuosismo de los instrumentistas participantes son para disfrutarse al máximo sin que nada nos ajore. El contenido expone fusiones de cuatro estilos de la más negra de las expresiones musicales boricuas – los candentes holandés y hoyo mula y los melancólicos paulé y leró-yubá – con la llamada música de los músicos.
El repertorio incluido es bastante generoso en solos en los que se lucen, especialmente, el trompetista Piro Rodríguez, el saxofonista alto y tenor José Raúl «Furito» Ríos, el pianista Luis Quevedo y el vibrafonista Raúl Rodríguez. La sección rítmica, integrada (además de Ferrao y Rodríguez) por Aníbal «El Gato» Ayala y Víctor Velez (barriles); Pirulo Rosado (batería); Margarita Cepeda (maraca); Ricardo Rodríguez (bajista) y Luis Quevedo y Yan Carlos Artime alternándose en el piano se proyecta vigorosa. Lo mismo puede decirse de los coros aportados de Chamil Bonano, Otoki Reyes, Vélez y Ferrao.
Contenido: Bailador (holandés original de Ricardo Pons); La espera y Nota (composiciones de Javier Rodríguez en la estructura de hoyo mula); Perdóname, Rosa y Río de Janeiro (de Jerry Ferrao, las dos primeras en la línea de la paulé-sicá y, la tercera, en la de sicá holandés) y Matilde (leró-yuba de Víctor Vélez). ¡De colección!
José Lugo & Orquesta. - Guasábara (Norte / Camínalo Discos 09492211212), editado noviembre 11, 2008. En el mercado discográfico boricua pocas veces aparecen grabaciones en la onda big band de manufactura nacional. Sobre todo, durante los últimos tiempos, cuando la situación de la industria del disco atraviesa la más grave crisis de su historia. Por tanto, además de haber convocado a un verdadero All Stars nativo para su proyecto, tal circunstancia consituye otro de los méritos del reconocido pianista, reregister y productor José Lugo.
Los cantantes participantes brillan al mismo nivel de calidad y estelaridad: Cano Estremera, quien abre la puerta de la rumba con El muñeco / ¿Con quién baila el muñeco? (de Mariano Mercerón); Gilberto Santa Rosa, a quien se le encomendaron Si no vas a cocinar (de Adalberto Álvarez) y el bolero Amnesia (de Chico Novarro & Dino Ramos); Víctor Manuelle vocaliando admirablemente El francotirador (de Carlos Javier & Jorge Luis Montes) y Ten cuidao (de Lenny Prieto); el excelentísímo Herman Olivera a cargo de Alivia mis penas (aportación de Víctor Manuelle) y El cangrejo (de José Luis Cortés) y el cubano Isaac Delgado luciéndose con El plumero (de Jesús Caunedo) y Me voy de aquí (de Roberto Angleró).
A nivel de instrumentistas, Lugo hizo coincidir en el Caracol Studio – antes Ochoa Recording Studio – y el Rolo Studio a la crema y nata de los músicos puertorriqueños. algunos especializados en instrumentos característicos del género clásico, como los trompistas Benito Díaz y Raymond Díaz y el tubista Roberto «Puruco» Ramírez. Y, para que su propuesta no careciera de elemento alguno, hasta Edwin Colón Zayas ejecutando la bordonúa.
En Guasábara no abundan los solos – aunque tampoco faltan –, pues las orquestaciones fueron concevidas para el lucimiento del colectivo en pleno. El resultado es esta joya discográfica, cuyo proceso producción también fue perpetuado en el DVD que lo acompaña.
Miguel Zenón. - Jíbaro (Marsalis Music, CD-613312), editado mayo 24, 2005. Además de haberse consolidado como uno de los virtuosos del saxofón alto más prominentes de su generación en el panorama jazzístico internacional, Miguel Zenón también se ha revelado como uno de los músicos más creativos e innovadores. En esta propuesta nos presentó su admirable concepto de nuestra música campesina incorporada al jazz. Las selecciones que interpreta mantienen perfecta coherencia y el trío que habitualmente lo acompaña evidedencia el máximo nivel de acomplamiento. El mismo es integrado por Luis Perdomo (pianista); Hans Glawischnig (contrabajista) y Antonio Sanchez (baterista). Contenido: Seis cinco, Fajardeño, Punto cubano, Aguinaldo, Chorreao, Enramada, Villarán, Llanera, Mariandá y Jíbaro.
Paoli Mejía. - Jazzambia (PMCD-2008-1 / Reyes 317116), editado diciembre 9, 2008. Luego de presentarnos sus primeros trabajos como figura líder, Mi tambor (2004) y Trascend (2006), con Jazzambia, su tercera propuesta en el ámbito del jazz afrocaribeño, Paoli Mejías reafirma su privilegiado estatus como uno de los percusionistas contemporáneos – su fuerte son las congas – más admirados del mundo. En esta oportunidad expone un repertorio inspirado en sus ancestros africanos, aunque en la pieza Jibarology incorporó el cuatro puertorriqueño, magistralmente ejecutado por Cristian Nieves.
El Gran Combo. - Sin salsa no hay Paraíso (Sony Music Latin, CD-760758), editado marzo 30, 2010. Somos muchos los que consideramos que, desde hace larguísimo tiempo, la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias de la Grabación (NARAS) le debe, por lo menos, un Grammy a los admiradísimos «Mulatos del Sabor», quien bien pudo haber sido por Happy Days (Combo, RCSLP-2021 / lanzado en 1981); Innovations (RCSLP-2043 / 1985) o ¡Ámame! (RCSLP-2060 / 1989). Hasta la fecha, esta sensacional orquesta liderada por el maestro Rafael Ithier y que el próximo año arribará a su medio siglo de triunfal trayectoria, ha tenido que conformarse con la versión latina de este codiciado megáfono, recibido en la gala de noviembre de 2007 por su compacto Arroz con habichuelas (Norte, CD-702756). Desde que nos enteramos que Sin salsa no hay Paraíso fue nominado como candidato a la versión original del Grammy, la anglosajona, a celebrarse en el Staples Center de Los Ángeles el 13 de febrero, hemos mantenido cruzados hasta los deditos de los pies. ¡Lo merecen!
Mario Ortiz Jr. & All Star Band. - Tributo 45 aniversario (Zamora Music Group / Sony Music Latin, ZMG-85263300201), editado octubre 30, 2009. El trompetista Mario Ortiz (1935-1999) no sólo es recordado como uno de los más notables virtuosos de su instrumento que ha surgido en Puerto Rico, sino también como un orquestador adelantado a su tiempo que, además de legar una admirable discografía a la salsa frente a su All Star Band a partir de 1963, con sus vanguardistas trabajos, colaboró significativamente a adelantar el fervor por el jazz afrocaribeño entre sus compatriotas.
Con motivo de conmemorarse diez años de su sorpresiva y llorada desaparición física, su hijo, del mismo nombre y también destacado trompetista, se dispuso a rendirle este tributo que, definitivamente, por su calidad y la fidelidad con que recrea el legado de aquel gran maestro, le hace verdadera justicia. Para impartirle el mandatorio sello de autenticidad, reclamó a muchos de los instrumentistas y vocalistas que, en determinadas etapas, figuraron en su nómina. A ellos sumó buen número de invitados de lujo: Cheo Feliciano (vocalizando A quitarse); Bobby Cruz (en Rumberito); Ismael Miranda (en Se acabó el bembé); Andy Montañez (en Para los bravos); Adalberto Santiago (en Mambo Infierno); Tito Allen (en El soplo); Pedro Brull (en Con güiro y pandereta); Chico Rivera (en Ódiame y Hablé con un niño); Tony Vega (en Yaré, yaré) y el pianista Richie Ray luciéndose en Malagueña. De los cantantes que tuvieron la feliz experiencia de integrar su plantilla, no faltan Gilberto Santa Rosa (en Chinita); Anthony Cruz (en Maína) y Primi Cruz (en ¡Qué bonito es Puerto Rico!).
Entre los instrumentistas, resaltan los nombres de Andy Guzmán, Arturo Ortiz, Ricky Rodríguez y Rafael «Bodo» Torres (pianistas, alternados); Elías Lopés, Luis Aquino y Tommy Villarini (trompetistas); Freddie Miranda, Ulises Ortiz y Ángel Torres (saxofonistas alto); Frankie Pérez y Pedro Rivera Toledo (saxofonistas tenor); Rafael Martínez, Sammy Velez y Pepe Vera (saxofonistas barítono); Junior Irizarry, Roberto Pérez Rivera y Bobby Valentín (bajistas, alternados); Rigoberto Díaz, Francisco «Golé» Fernández y Sammy «Timbalón» Pagán (timbaleros); Celso Clemente Jr. e Isidro Pérez (congueros, alternados) y Roberto Roena y Charlie Santiago (bongoseros, alternados). ¡Otro de colección!
Edwin Clemente & 3D Zone. - ¡Viva Clemente! (Encajé, CD-21622), 2010. A diferencia del álbum que marcó su debut como figura líder hace cinco años, Timbal pa’l bailador (E&E Records), que fue enfocado en la salsa, en esta, su segunda propuesta, el virtuoso timbalero Edwin Clemente volcó su interés hacia el jazz afrocaribeño. A juzgar por la fotografía que incluyó junto a la suya en la carátula, es obvio que con la misma rinde tributo de recordación a su venerado tío, el beisbolista Roberto Clemente (1934-1972), quien además de extraordinario deportista fue un apasionado musicómano. Incluso, hasta estableció un concurrido salón de baile, El Carretero Night Club, en su natal Carolina, cuando el movimiento salsero experimentaba su máximo nivel de efervescencia.
Los músicos convocados para este proyecto constituyen la crema y nata de los instrumentistas nacionales: Eric Figueroa, Luis Marín y Richard Trinidad (pianistas, alternados); Piro Rodríguez, Angie Machado y Tommy Villarini (trompetistas); Jorge Díaz, Gamalier González, Jesús Rafael «Rafi» Torres y Víctor Vázquez (trombonistas); José Luis «Chegüito» Encarnación, Frankie Pérez, José Raúl «Furito» Ríos, Luis Rafael Torres, Edgar Salamán – ejecutante del barítono – y el mundialmente reconocido ejecutante del tenor David Sanchez (saxofonistas); Junior Irizarry y Ricardo Lugo (bajistas, alternados); Endel Dueño, Jimmy Rivera, José Ruiz y Carlos Sotomayor (bateristas, alternados); Paoli Mejías, Javier Oquendo, William «Kachiro» Thompson, José Fabres (congueros, alternados); Gaby Colón, Joselito Hernández y Carlos Rodríguez (güireros, alternados) y, en las voces, Genaro «Gino» Ramírez y Taty Rodríguez. Los coros son aportados por Wichy Camacho, Rubén Román, Josué Rosado y Yanira Torres.
Contenido: A puro timbal, Blood Pressure, Borinquen, For You, Introvertido, Momento, Spider Night, The Lord Is My Shepperd, Tune Up, ¡Viva Clemente! y 3D Zone.